¡NADA MEJOR QUE EMPEZAR RECORDANDO!

Hace ya unos cuantos años que conocí a cuatro personas extraordinarias. Ellas me cambiaron el rumbo de mis pensamientos, me hicieron valorar todo lo que tengo, me hicieron pensar en las amistades, me hicieron disfrutar de aquellos ratitos entre recreo y recreo que teníamos. Éramos como pequeñas hormiguitas, disfrutando de un pequeño cacho de pan. A la mínima ya se nos pronunciaba, aunque fuese minimamente un rasgo de felicidad en nuestros rostros. ¿Y qué mejor que dedicarlas una entrada? Así que ahí voy.

Todo empezó en aquel 6º de primaria, cuando cambiamos de torre, ya éramos mayorcitos, aunque tampoco tanto. El primer día que una chica llamada Denise, apodada, más tarde, Demi, llegó a la clase, con un rostro de inseguridad aunque con confianza a la vez, tenía ganas de conocer, conocer gente. En ese momento, yo rondaba por los pasillos esperando conocer las caras de mis compañeros que ese año acudían al centro. De repente, un rostro me resultaba familiar, algo especial, no lo había visto jamás, pero notaba algo positivo, no sé que sería. Instintivamente me dejé llevar, por una vez. Me presenté y a continuación ella. Con una voz dulce y acogedora, me dijo su nombre, un nombre peculiar aunque encantador. En el mismo día, ya nos fuimos conociendo... ¡Ay, qué maravilloso año! Para no olvidar jamás. Bueno, sigamos... De pronto, fueron entrando mis antiguos compañeros de cursos anteriores, y... cómo no, nombrar a dos fenómenas: Tamara, apodada, Tamo, junto a Estel, en algunas ocasiones, llamada cariñosamente Estelo, con dos "o", para ser más "friendly". Como decía vaya dos fenómenas, y aún más cuando Tamara, Estel y yo, nos apoyábamos sobre las dos paredes de nuestro pasillo preferido: "El Claustro". Nadie sabe cómo ni por qué, pero se convirtió en uno de los sitios más extravagantes del patio, dónde, por algún motivo mágico, y por lo tanto inexplicable, no se podía evitar estar un día sin... el "Suduku", un término también inexplicable por su íntimo significado. En aquel momento, decidimos patentar un grupo estupendo: "las DEM Rock Angels", y de ahí en adelante fuimos protagonizando bailes estupendos que hacían que las horas del patio parasen en "un tres y no rés". ¡Diós, qué recuerdos!... Prosigamos... En eso que fueron pasando los días y los meses, y no pudimos esquivar a una persona enternecedora, con el nombre de Georgina, apodada, cariñosamente George, Jorge, aunque se le quedó: Gina. ¡Oh, bonito nombre, ¿no?! Aunque siempre la podríamos llamar George, no sin esquivar un pequeño golpecito cariñoso. Bueno, qué decir de Gina... pfff... demasiadas cosas, demasiados recuerdos. Incluso hubo un momento que, desgraciadamente empezaron las discusiones... Eramos pequeñajas, se puede entender. Que si roba amigas, que si falsa... bueno, mejor recuerdos inevitables que hacían que nuestra codicia y nuestra mala fe se reflejara. Pero, esos enfrentamientos no podían seguir, ya que era una persona tan cariñosa, tan respetuosa, tan amiga de sus amigas y tan de todo, que sinceramente, la hicimos parte de nuestro equipo. Era una más de nosotras, jugábamos al Stop (con el pesadillo de Pol S.), espero que haya cambiado, coreografiábamos, saltábamos con dos cuerdas... Cosas tradicionales de chicas de nuestras edades tempranas. Aunque nosotras siempre le añadíamos un pequeño toque mágico, ¿verdad? "Yesssss".

Bueno, se me han acabado las palabras, no creo que hayan más personas como ellas, eran, sinceramente especiales.
El destino nos ha separado, pero tranquilas, lograremos pactar un día.

Al final todo se consigue y más, si es junto a tus mejores recuerdos.

OS QUIERO G+DEM ROCK ANGELS

*Y tú, ¿tienes recuerdos de la infancia? ¡¡Comentalos y asi compartimos momentos especiales rodeados de personas especiales!!

Os espero :-)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Hola! Ya que has llegado hasta aquí, ¡te animo a que comentes! Da tu punto vista y tu manera de pensar, ¡me encantan vuestros comentarios! Eso es lo que hace que sea un blog especial, para bloggeras muy especiales.