¡LOS PLACERES DE LA VIDA!

¡Qué dulce es la vida!

Hay veces en las que piensas que la vida te da motivos para sonreír, motivos para llorar, motivos para disfrutar, motivos para cantar, motivos para...¡todo! Pero ese es el justo momento cuando piensas en todas aquellas personas que te rodean y que permiten que ocurra todo eso: la familia, por ejemplo. ¿¡Qué decir de la familia?! Simplemente perfecta. No hay nadie más en el que confiar tanto, no hay nadie más que te apoye tanto, en las buenas, y, sobretodo en las malas. Poca gente está al alcance de hacer lo que toda una familia hace, y con el cariño que lo hace. Así que, ¿¡qué mejor que una familia?! Nada ni nadie.
Ya sé lo que estarás pensando, o quizás no... pero lo sé. La familia no es lo único que hay, también hay amistades y demás, pero eso está en tus manos. Tu escoges quien quieres que sea tu amistad. Pero la familia viene de sorpresa. Te puede tocar cualquiera, aunque no lo quieras. Así que recomiendo a todas esas personas que crean que tienen una familia ejemplar, que empiecen a valorarla, ya sé que quizás lo hacéis, pero siempre se puede más, ¿no crees? Yo sí. 

Afortunados aquellos que tengan a una persona en la cual poder confiar, porqué la vida, compartida, es más vida. 

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